[nota 2] La finca perteneció en origen a los reyes de España.
[6] Se dice que este palacete fue refugio amoroso de Luis Candelas.
En 1817, la hija y heredera del duque de Híjar vendió la casa de labor —que era lo único que quedaba en pie— al ebanista Mariano Rejón.
[7] Tras muchos años de abandono y siendo utilizada por vagabundos fue conocida por la «casa del Duende».
Se celebraron tres corridas y esta plaza sentó el precedente de la construcción circular de las sucesivas plazas de toros que hasta entonces habían sido cuadradas por celebrarse las corridas, entre otros sitios, en la Plaza Mayor.