[3] Tito Livio, Floro y Orosio afirman que horda de esclavos rebeldes enfrentó al cónsul Léntulo en los Apeninos, quien fue puesto en fuga.
[5] Un fragmento de Salustio da a entender que Léntulo ocupó un lugar elevado pero sus enemigos tomaron la posición, sufriendo muchas bajas y dejando su bagaje.
[10] Lo cierto es que después de su victoria, Espartaco sacrificó a 300 prisioneros romanos en venganza por Crixo.
También que después de la primera derrota en conjunto, los cónsules volvieron a unir sus fuerzas y le dieron batalla en el Piceno, donde fueron nuevamente vencidos.
[2] En cambio, Floro dice que el caudillo consideró marchar sobre la ciudad[12] y esta amenaza llevó al Senado a darle el mando de su ejército a Publio Licinio Craso, pues lo veían como el mayor peligro desde Aníbal Barca.