Sin embargo también pueden producirse en plantaciones forestales y/o sistemas de explotación; teniendo como finalidad el uso alimentario, energético, cultural, medicinal, o cosmético para la población humana.
[1][2][3] En cuanto a la terminología, múltiples autores, investigadores, organizaciones privadas y gubernamentales y conservacionistas usan diversos términos - muchas veces en forma intercambiable - para referirse a los productos forestales no maderables, tales como:[2] Actualmente no existe ninguna definición que haya sido aceptada universalmente a pesar de los diversos intentos por desarrollar una enunciación que permita discernir qué productos deben ser incluidos dentro de la categoría PFNMs.
Ello es posible dada la característica de las actividades extractivas para recolectar los recursos forestales sin dañar los bosques.
[12] Tradicionalmente, los productos forestales les han permitido a las comunidades cubrir sus necesidades básicas - tales como alimentación y vestimenta – ya sea por su uso directo o por medio del intercambio - trueque.
Esta creencia se basa en las siguientes conjeturas: los PFNMs son accesibles para los pobres a un bajo costo, los pobres dependen altamente de los productos forestales, y los PFNMs es, en muchos casos, la única fuente para generar dinero en efectivo.
[16][17][18][11] Algunos autores predicen que la sobre-extracción de los recursos forestales no maderables puede reducir y hasta extinguir algunas especies.
La segunda premisa, es que los consumidores están disponibles a pagar un precio mayor por estos productos especiales.
El primer set de pautas se estableció para la actividad maderera y fue luego adoptada por los PFNMs.