En capítulos posteriores, el Qissa narra el éxito de esta comunidad al repeler una invasión islámica hasta que son finalmente vencidos por dichos invasores y se dispersan.
El poema termina con un capítulo dedicado al transporte del "Fuego de Warharan" a Navsari.
Los refugiados llegaron primero a una ciudad portuaria importante cerca de Bushire,[nota 1] donde se quedaron 15 años.
El gobernante, temiendo por su reino, les pidió explicar sus creencias y puso cuatro condiciones para concederles la entrada: Los refugiados, aceptando las demandas, expusieron las enseñanzas de su fe y «cuando el rajá hindú oyó su oración, su mente recuperó la calma».
[3] Habiendo sido aceptados, los emigrantes se establecieron y fundaron Sanjan (Guyarat), que floreció.
Algún tiempo después, los sacerdotes de la nueva comunidad se aproximaron al rey para solicitarle establecer un Templo del Fuego.
En el sexto y último capítulo, la crónica describe el traslado del fuego a un nuevo templo en Navsari.
"Incluso si uno llega a la conclusión de que la historia transmitida verbalmente es una leyenda, todavía resulta un documento sin duda extremadamente informativo para la historiografía parsi.
Incluso sin inferir un significado oculto, la cuestión de por qué un asunto tan menor era una condición clave para asilo suscita dudas.
En general, «que [los parsis] vistieran sus concesiones culturales ante su entorno indio como condiciones impuestas por un príncipe hindú puede ser considerado una autojustificación de un grupo que sin esas concesiones - renunciando a unas pocas costumbres mientras mantienen estrictamente otras - difícilmente podrían haber sobrevivido como una minoría en la India».