Ramsés II

Fue el último gran faraón, ya que sus sucesores más importantes, Merenptah y Ramsés III, se vieron obligados a llevar una política defensiva para mantener la soberanía en Canaán.

Fundó la ciudad de Pi-Ramsés en el delta del Nilo como su nueva capital y desde allí lanzó sus campañas militares en Siria.

[6]​ Ramsés II celebró trece o catorce fiestas Heb Sed, una cantidad sin precedentes e inigualada por cualquier otro faraón.

Ramsés II era hijo del faraón Seti I y de su Gran Esposa Real, Tuya.

[10]​ La corregencia duró entre tres y siete años (sobre este tema no hay fuentes fiables).

A los quince o dieciséis años Ramsés ya tenía autoridad sobre parte del ejército, e inscripciones de esa época lo describen una y otra vez como un «astuto joven líder».

También lo secundó en la guerra contra los hititas que habían ocupado los territorios de Siria, tradicionalmente pertenecientes al imperio egipcio, pero perdidos hacía varios años debido a la debilidad del rey Akenatón.

Ya como comandante, llevó a cabo una campaña contra Kush (Nubia), en el año 8 del reinado de Seti.

Estos shardana son mencionados en el Poema de Pentaur como miembros del ejército egipcio.

Quizás consideraban al nuevo rey más débil que su poderoso padre, pues iniciaron numerosas escaramuzas en las fronteras invadiendo la tierra de Retenu hasta que el ejército egipcio se vio obligado a reaccionar.

Las tropas egipcias huyeron del ejército hitita, y Ramsés tuvo que luchar prácticamente solo contra los enemigos guiado por el dios Amón, o eso es lo que él mismo nos dice en los monumentos donde dejó escrita su hazaña (Poema de Pentaur).

Ramsés también hizo incursiones en Libia, donde estableció varias colonias y construyó diversas fortalezas para vigilarlas, formando una línea defensiva desde Racotis (actual Alejandría) hasta El Alamein.

Se desconocen los motivos por los que el faraón se arriesgó a alejarse de Tebas y de su poderoso clero viendo lo que había sucedido con Akenatón años atrás, pero lo cierto es que este monarca era un hábil político y comprendía la importancia de estar próximo al norte, lo más cerca posible a la convulsa zona del Levante mediterráneo.

El alejarse de la antigua capital tuvo otra consecuencia política: hizo que la aristocracia tebana perdiese influencia en favor del ejército y los escribas reales, pero no consiguió rebajar el creciente poderío del sumo sacerdote de Amón.

En sus muchos años de reinado, superó con creces en labor constructora a Amenhotep III, y prueba de ello son algunas grandes obras: Los templos en Nubia, entre los cuales los más célebres son sin duda los de Abu Simbel, dedicados a Ra, Ptah, Amón, e incluso al propio Ramsés como divinidad; el menor está dedicado a la diosa Hathor.

Aunque no fue el primer faraón en hacerse adorar como un dios, sí lo fue en dedicarse templos y estatuas de forma sistemática.

Un grupo de expertos egiptólogos y restauradores franceses fueron elegidos para preservar el cuerpo de la momia; sin embargo, para llevar a cabo su trabajo necesitaban que los restos fueran trasladados a Francia.

En realidad, Francia jamás ha exigido pasaporte a personas fallecidas, y las momias siempre han sido consideradas por las leyes francesas como objetos.

Ramsés II de niño ( Museo Egipcio de El Cairo )
Ramsés II capturando enemigos (un nubio, un libio y un sirio) en el relieve de Menfis (circa 1250 a. C.) Museo Egipcio de El Cairo. [ 11 ]
Ramsés en Qadesh.
Templo de Ramsés II.
Abu Simbel.
Jaemuaset.
Museo Británico.
El rostro de la momia de Ramsés II, hallada en 1881.
Ramesseum.
Abu Simbel.