[2][1]Aunque el tratado intentó estabilizar las fronteras mediante la diplomacia no resolvió completamente las tensiones.
[4] Brasil, con intereses en consolidar fronteras y controlar rutas fluviales, postergó el reconocimiento hasta garantizar beneficios en futuras negociaciones.
Este país deseaba asegurar el control de la cuenca amazónica y mantener influencia sobre territorios estratégicos.
En éste se fijó fronteras preliminares basadas en los ríos Guaporé y Madeira, cediendo territorio boliviano sin compensación significativa.
[6]En este tratado se estableció como límites los ríos Madeira, Mamoré, Iténez y Abuná.
Otra fuente menciona la pérdida de 300,000 km² así como la demarcación desde el sur sobre el río Paraguay donde se cede su margen derecha.
[9]También se señaló la naciente principal del río Verde cómo vértice de demarcación.
[9]En el último tratado se convino realizar estudios geológicos en la zona del subandino boliviano y en retribución a esos estudios Bolvia consentía que la exploración la realice empresas mixatas de ambos países.