Fue impreso en Manila en 1593 y se considera la primera traducción de un texto chino clásico a un idioma europeo.
Sin embargo, el proyecto no llegó a recibir la aprobación oficial del rey Felipe II.
[15] Por otra parte, la globalización del comercio en la Edad Moderna siguió motivando un elevado interés por la relación potencial entre ambos imperios.
Los portugueses en Macao reaccionaron violentamente y expulsaron a los españoles del área en 1600.
[8] Durante la dinastía Ming, el junco chino medio que realizaba el viaje desde las Indias Orientales españolas hasta la ciudad de Cantón llevaba consigo ochenta mil pesos, una cifra que aumentó bajo la dinastía Qing ya que hasta mediados del siglo XVIII el volumen de pesos españoles importados había aumentado hasta 235 370 000 (o 169 460 000 taeles).
[23][24] Durante el siglo XIX, a pesar del sistema de Cantón que restringía el comercio occidental al puerto de Cantón, a los españoles se les permitió comerciar en Xiamen.
Sin embargo, los españoles rara vez utilizaban este privilegio, ya que los comerciantes chinos enviaban sus mercancías de Xiamen a Manila y viceversa, lo que resultaba más rentable para ambas partes.
[26] Los culíes chinos lograron emanciparse de su esclavitud en 1877, mediante la firma del Tratado Chino-Español, cuando Chen Lanbin visitó Cuba.
Posteriormente, estos países, incluida España, se anexionaron con la posición política de «Una sola China».
[34] El primer embajador español en la República Popular China fue Ángel Sanz Briz, mientras que el primer embajador de la República Popular China en España fue Chen Chao Yan.
[37] Asimismo, los miembros de la familia real española han visitado China muchas veces.
[40][41] Por otra parte, cada vez son más las personas atraídas por el baile flamenco en China, donde ya tiene su plaza estable gracias a la apertura internacional que el país asiático ha estado viviendo en los últimos años.
[43] Por otra parte, ambos países estudian abordar proyectos comunes en América Latina para estrechar lazos de colaboración.
Además, en 2018, China se convirtió en el sexto mayor socio comercial de España.
[49] Por otra parte, como ocurre con casi todos los países de Europa, el comercio bilateral entre China y España se caracteriza por un déficit crónico.
Sin embargo, este ha ido mejorando notablemente en los últimos años gracias al aumento de las exportaciones españolas, ya que, si se incluye Hong Kong (territorio aduanero distinto) y otras exportaciones con participación española, el avance en el índice de cobertura es bastante superior al que apuntan las estadísticas comerciales oficiales chinas.
De hecho, China es el principal país exportador para España en Asia, a la vez que España se ha convertido en uno de los países más populares para los inversores chinos.
[60] Se ha atestiguado desde hace siglos la atracción mutua entre las civilizaciones china y española.