En un reloj mecánico, indica que los delicados pivotes que sujetan el volante regulador están montados en un sistema de suspensión destinado a protegerlos de daños si el reloj se cae.
[1] Prácticamente todos los relojes mecánicos que se fabrican hoy en día son nominalmente resistentes a los golpes.
[2] La Organización Internacional de Normalización emitió un estándar para relojes resistentes a los golpes, que muchos países han adoptado.
La aceleración máxima entregada al cabezal del reloj es de 3100 g +/- 15 %, en forma sinusoidal, durante 350 microsegundos.
Ningún componente deberá romperse o perderse en las pruebas de caída libre.