Permite detectar opacidades y/o irregularidades en los medios refractivos del globo ocular (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo).
La retinoscopía se originó cuando William Bowman observó una línea de sombra al examinar un ojo astigmático con un oftalmoscopio.
En 1873, el médico militar Cuignet empezó a medir la refracción ocular.
En 1886 Edmund Landolt describió el procedimiento para el uso del retinoscopio.
En 1926 Copeland patenta el retinoscopio de franja, instrumento usado desde entonces por los optometristas y oftalmólogos.