Poco antes de que la rebelión se propagase hasta la provincia Citerior, Cayo Sempronio Tuditano murió en combate.
Fue entonces cuando Roma hubo de enviar en 195 a. C. al cónsul Marco Porcio Catón al mando de un ejército consular a suprimir la revuelta,[2] quien, cuando llegó a Hispania encontró toda la provincia Citerior en rebeldía, con las fuerzas romanas controlando solo algunas ciudades fortificadas.
[22] Catón se dirigió hacia la península ibérica, desembarcó en Rhode y sofocó la rebelión de los hispanos que ocupaban la plaza.
[23] Después de una larga y difícil batalla, el cónsul logró una victoria total,[24] consiguiendo infligir 40 000 bajas en las filas enemigas.
[26] Catón intentó establecer una alianza con los celtíberos, que actuaban como mercenarios pagados por los turdetanos y cuyos servicios necesitaba, pero no logró convencerles.
[27] Tras una demostración de fuerza, pasando con las legiones romanas por el territorio celtíbero,[28] les convenció para que volvieran a sus tierras.
[33] Publio Escipión consiguió sofocar el motín y puso un final sangriento a la revuelta de los íberos.
Se han propuesto, sin embargo, otras causas para la sublevación, como por ejemplo la muerte de Indíbil y Mandonio a manos de los romanos;[37] o la más aceptada, los altos tributos que los hispanos debían pagar a Roma, sobre todo tras la transformación del territorio en dos provincias.
[1] La República romana dividió en 197 a. C. sus conquistas en el sur y este de la península ibérica en dos provincias:[40] Hispania Citerior (costa este, desde los Pirineos a Cartagena), posteriormente llamada Tarraconense, con capital en Tarraco, e Hispania Ulterior (aproximadamente la actual Andalucía), con capital en Corduba, cada una de ellas gobernada por un pretor.
[42] Cuando Marco Helvio llegó a su correspondiente provincia se topó con una gran revuelta, con lo que informó al senado.
También se habían unido a la revuelta las ciudades de Malaca, Sexi y toda la Beturia.
[45] Poco tiempo después, la guerra, que se había iniciado en la provincia Ulterior, se propagó también a la Citerior, en la cual su pretor, Cayo Sempronio Tuditano, había fallecido por las heridas sufridas en una batalla, junto con muchos soldados,[46] a finales del año 197 a. C.;[47] y la provincia quedó sin pretor hasta el año siguiente.
[2] También fueron elegidos los pretores para la Hispania Ulterior e Hispania Citerior, Apio Claudio Nerón y Publio Manlio, respectivamente,[53] con las fuerzas que les correspondía, aunque, debido a la situación de emergencia, se les permitió que dispusieran de 2000 infantes y 200 jinetes más, a sumar a las legiones de las que habían dispuesto sus predecesores.
[14] Iliturgi fue ocupada por los romanos, y esta victoria le valió a Marco Helvio Blasión una ovación concedida por el senado en 195 a. C.; sin embargo, no pudo optar al triunfo al haber luchado en una provincia que correspondía a otro pretor.
[68] Tito Livio describe lo que encuentra el ejército romano a su llegada a Emporion: Marco Porcio Catón iniciaría en Emporion, una casi isla rodeada de marismas, donde coexistían la ciudad griega y la ciudad íbera separadas por una muralla, un duro enfrentamiento contra un enorme ejército hispano.
[70][7] En este momento llegaron al campamento romano tres legados ilergetes, uno de los cuales era el hijo del rey Bilistages.
[76] La mañana siguiente Catón llamó a los legados y les dijo que les ayudaría; mandó que un tercio de los soldados se preparasen para salir en ayuda de los ilergetes en dos días, y lo mismo hizo con las naves.
[11] Como la zona ya era segura, Helvio devolvió los hombres a Apio Claudio y embarcó hacia Roma.
[96] Catón ordenó formar a la segunda legión, que había permanecido en la retaguardia, y atacó de noche el campamento enemigo.
Catón aplacó fácilmente la revuelta hasta en dos ocasiones, pero no fue tan clemente en la segunda y vendió a los vencidos como esclavos.
[113] No fueron éstas, sin embargo, victorias difíciles, ya que los pretores contaban con una buena cantidad de jinetes y soldados veteranos.
Turdetanos y celtíberos, mercenarios al servicio de éstos,[7] se encontraban acampados en distintos emplazamientos.
[148] Estando todavía Catón en Hispania, fueron elegidos en Roma el nuevo cónsul que debía sucederle y los sucesores de los pretores.
Este éxito le supuso, en concreto, poder codearse con su gran rival Escipión el Africano.
[166] El pretor Sexto Digitio se enfrentó en muchas ocasiones con los sublevados, perdiendo en los combates hasta la mitad de sus tropas.
[179] Posteriormente vendrían problemas desde la Lusitania, donde a partir del año 155 a. C. el caudillo Púnico realizó importantes campañas en territorio controlado por la República,[180][181] saqueando territorios en la Bética[182] y llegó hasta la costa del mar Mediterráneo, con los vetones como aliados.
[183] Logró grandes victorias como la conseguida ante los pretores romanos Marco Manlio y Lucio Calpurnio Pisón.
[187] Conquistó también varias ciudades, como Tucci (probablemente la actual Martos o Tejada la Vieja), y la región de Bastetania.
[194] Toda la narración de la campaña habría sido incluida en su obra posterior las Origenes,[60] probablemente en el libro quinto,[195][196] del que se han conservado algunos fragmentos.
Según E. Gabba es un autor creíble dependiendo de cual sea su fuente para cada tema concreto.