Rhoda Abbott

A bordo, se hizo amiga de Amy Stanley, Emily Goldsmith, y May Howard, alojadas en los camarotes vecinos.

Intentó asirse a sus hijos, pero la fuerza del oleaje y la oscuridad los separó.

Varios ocupantes del plegable A ya habían perecido o se habían descolgado del bote; Abbott era una de las 13 personas vivas todavía a bordo.

Según Amy Stanley, Abbott no tuvo ningún remordimiento sobre haber perdido la oportunidad de subir a un bote, porque ello le permitió quedarse con sus hijos hasta el último momento.

[2]​ Nunca pudo admitir la pérdida de sus hijos, y estuvo deprimida durante meses.

En 1928, regresaron a Inglaterra para vivir en la propiedad del padre de Williams en Londres.

Después intentó regresar a Estados Unidos, pero sus solicitudes siempre fueron rechazadas.