Ricardo Fernández de la Reguera

La crítica señala la perspectiva humanista, el realismo de raíz galdosiana y sus comienzos existenciales con rasgos del tremendismo.

[3]​ Después escribió Perdimos el paraíso (Barcelona, 1955), Premio Internacional Club de España; sus protagonistas son dos niños que observan a su manera el mundo adulto.

Al año siguiente publica Bienaventurados los que aman (1956) Premio Concha Espina.

En Vagabundos provisionales (Barcelona, 1959) narra el viaje a pie de tres personas por Soria y Burgos.

En estos relatos se contraponen las vidas de dos familias opuestas por sus orígenes sociales: los obreros Pedrell y los burgueses Aymerich.