Un rikishi (力士), sumōtori (相撲取り) o, mas coloquialmente, osumōsan (お相撲さん), es un luchador de sumo.
Aunque el término se utiliza para definir a todos los luchadores que participen en los combates de dicho deporte, este es frecuentemente utilizado para referirse a los luchadores de sumo profesional empleados en la Asociación Japonesa de Sumo y los cuales participan en los torneos (llamados honbasho) celebrados anualmente en Japón, el único país en donde el sumo es practicado a nivel profesional.
[1] Ha sido destacado por varios autores como Dorothea Buckingham y Mark Schilling que estos términos deben ser usados preferentemente para referirse a los luchadores de sumo, ya que el sumo en si mismo tiene muy poco o casi nada en común con la lucha grecorromana, siendo mas cercano al judo o el aikidō.
[17][18] Estos samurai sin maestro, denominados rōnin, no podían participar en ninguna actividad bajo este estatus social sin el riesgo a ser castigados, y con el nuevo período de paz, se volvió casi imposible ser reclutado por los señores locales los cuales ya no necesitaban organizar un séquito militar considerable.
Aquellos luchadores bajo la protección de un señor local recibían bonos obteniendo así cierta seguridad económica mientras que los demás se mantenían en la pobreza.
[29] Para evitar confrontaciones, se volvió costumbre declarar empates o posponer la decisión en cuanto al resultado de los combates.
[32] Durante la era Tenpō, el sistema feudal se vio golpeado por hambrunas y rebeliones, y los luchadores que formaban parte de los torneos gradualmente se empezaron a retirar para así realizar sus funciones en las casas de los daimyo que los mantenían.
[33] No obstante, el sumo ha tenido éxito en establecerse a si mismo como un deporte popular, siendo luego reconocido como el deporte nacional de Japón, permitiendo así la supervivencia del estatus de los luchadores.
[34] Tras la Restauración Meiji y la abolición del sistema han, los luchadores perdieron el patronaje de los señores locales, los cuales ya no podían mantener los grupos por si mismos.
[38] Los movimientos sociales dentro del sumo no cesaron, sin embargo, en 1911 una protesta llevada a cabo por los luchadores de bajo rango abogó por una nueva reforma en los salarios, asegurando un bono (compuesto de un pago en efectivo y un depósito en un fondo de pensión) distribuido entre todos los luchadores que no fuesen ōzeki o yokozuna (los dos rangos mas altos en el sumo).
[41] Finalmente, en 1932 (era Taishō), se desarrolló la última gran protesta tras el Incidente Shunjuen, la cual abogaba por una reforma fundamental en la recién fundada Asociación Japonesa de Sumo y conllevó a una renuncia masiva de luchadores como nunca antes se había visto en el sumo profesional.
[42] Eventualmente, la situación se calmó y el sumo disfrutó de un nuevo auge en su popularidad, en gran parte gracias al yokozuna Futabayama.
[43]Durante la segunda guerra Sino-Japonesa, el sumo emergió como un deporte de orgullo, conducido por un fuerte sentimiento nacionalista y con un arraigo tan grande que otros deporte occidentales (como el béisbol) eran denunciados o rechazados.
Por ejemplo, la asociación le prohíbe a los luchadores manejar automóviles para evitar peligros, aunque esto es en parte necesario debido a que los luchadores son muy grandes como para sentarse detrás de un volante.
[49] Reclutar a jóvenes prospectos es un aspecto esencial para poder preservar una cantidad adecuada de luchadores en el deporte.
[51] Desde 1973, todos los aspirantes deben haber completado por lo menos el grado básico de educación obligatoria.
[60] En el sumo profesional, la mayoría de los nuevos aspirantes se inscriben en marzo, al final del año escolar en Japón.
[54][61] Luego, es requerido que todos los nuevos luchadores asistan a la Escuela de Sumo, ubicada en el Ryōgoku Kokugikan, donde pasaran seis meses aprendiendo los movimientos básicos, así como también caligrafía, historia, jinku (canciones tradicionales) y medicina deportiva.
[50] Así pues, la gran mayoría de los luchadores terminan retirándose del sumo sin haber alcanzado nunca los rangos asalariados (sekitori).
Por ejemplo, en el sandanme, los luchadores ya no tienen que hacer estas ingratas tareas y además le son dadas algunas libertades adicionales dentro del establo.
[70] En la división arriba de esta, el makushita, los luchadores tienen aun mas derechos y ya son considerados los suficientemente experimentados como para enseñarle lo básico del sumo a los nuevos reclutas.
[71] Cuando un luchador alcanza los rangos del jūryō, este se convierte en un sekitori y su vida diaria cambia completamente, con muchas de sus necesidades siendo atendidas por otros.
[76] Mientras esperan por su combate, los luchadores con rango en la división makuuchi tienen derecho a sentarse en su propio zabuton (cojín) personalizado.
[84] Los luchadores en las divisiones mas bajas se levantan en la madrugada (por lo general a las cuatro o cinco) para realizar las tareas matutinas y calentar antes del primer entrenamiento en ayunas.
[86] Gradualmente, los demás luchadores se van incorporando por rango a la sesión de entrenamiento y el maestro de establo solo aparece una vez que los luchadores del sandanme han comenzado a entrenar.
[85][86] Una vez que entran al salón, los sekitori son sistemáticamente bienvenidos por los demás luchadores de menor rango.
[80] Los de rango más bajo, los cuales han estado levantados muy temprano y han realizado las tareas matutinas, deben esperar pacientemente con hambre hasta que los demás terminen y se hayan ido a sus habitaciones a tomar una siesta.
[91] Los luchadores también solían vestir una especie de taparrabo holgado similar a un fundoshi, llamado tosagi.
[92] Los luchadores del jūryō o mas arriba en la división, tienen el derecho a vestir prendas formales.
[84] Los luchadores jóvenes utilizan un versión simplificada, mientras que los luchadores en los divisiones mas altas (jūryō y makuuchi) se lo arreglan en un versión elaborada llamado ōichōmage (大銀杏髷, literalmente "coleta hoja de ginkgo) el cual se parece a las hojas del árbol de ginkgo.