Ron Arad

El piloto, Aviram, pudo ser rescatado en una operación intrépida que se hizo mundialmente famosa,[3]​ cuando horas tras el incidente, un helicóptero Bell AH-1 Cobra israelí penetrase en espacio aéreo libanés, volando a baja altura, y bajo un intenso fuego enemigo consiguió llevarse al piloto, agarrándose este de uno de los patines de aterrizaje y con el cuerpo medio suspendido en el aire.

Dadas las exigencias de la organización libanesa, difícilmente asumibles por Israel, algunos sospechaban que a esa fecha Arad ya no estaba en sus manos, e incluso que ya no estaba con vida.

Con el objetivo de poder tener acceso a informaciones más fiables, las fuerzas especiales israelíes capturaron en 1989 a Abdel Karim Obeid, un cabecilla local de Hezbolá, y al propio Mustafa Dirani en 1994.

Durante su interrogación por las fuerzas de seguridad israelíes, Dirani afirmó que Arad había sido entregado a Hezbolá el 4 de mayo de 1988, para ser entregado poco después a las Guardias Revolucionarias iraníes presentes en Líbano, tras lo cual pudo haber sido llevado a Irán.

Aunque fue recibido con cierto recelo por parte de los israelíes, el rigor del informe pudo insinuar por primera vez la posibilidad de que el militar nunca llegara a ser entregado a Hezbolá, dando lugar a la sospecha de una muerte temprana (considerada un hecho por la milicia libanesa).

El comandante de la FAI Amos Lapidot en una sesión informativa inmediatamente después de la captura del aviador israelí.
Una pegatina que reclama la liberación de Guilad Schalit, donde su rostro aparece junto a la última imagen recibida de Ron Arad.