Tras ser nombrado dictador vitalicio, Julio César emprendió la reforma del Foro y previó desplazar los rostra a fin de que la tribuna se colocara de cara a la explanada del Foro.
Desde el 145 a. C., la población que votaba se convirtió en demasiado importante para reunirse en el Comitium y los rostra fueron abandonados en favor del templo de Cástor y Pólux donde los escalones servían como nueva tribuna[5]·[6]·.
[16] De ahí que se empezara a allamar este lugar como Rostra.
[18] En 67 a. C., Julio César pronunció un discurso desde la tribuna para defender una propuesta de ley del tribuno Aulo Gabinio que preveía entregar a Pompeyo un mando extraordinario para terminar con los piratas del Mediterráneo.
A pesar de la oposición del Senado, la ley fue aprobada[18] (lex Gabinia).
La tribuna, reconstruida en piedra al mismo tiempo que el Comitium, estaba decorada por los seis espolones de navíos.
Más tarde, los rostra fueron adaptados a la nueva forma circular del Comitium.
El acceso a la plataforma se hacía por los dos extremos por dos escaleras, una permitiendo subir y la otra para descender.
Se elevaron numerosas columnas y monumentos honoríficos, hasta el punto que el Senado decidió retirar para hacer sitio.