Fue descrita por primera vez en 1987 por Costello, pero solo estudiado por especialistas clínicos a partir de los años 90.
Otros síntomas pueden incluir anormalidades músculo-esqueléticas, la desviación cubital de la muñneca y del quinto dedo de la mano son muy características, así como la retracción del talón de Aquiles (casi constante), la cifoescoliosis y la osteopenia, deterioro visual, reflujo gastroesofágico y anomalías endócrinas incluyendo retraso puberal.
Por ello su estatura final es pequeña, en algunos casos existe una deficiencia de hormona del crecimiento.
El Síndrome de Costello se hereda de forma autosómica dominante, lo que significa que basta una copia del gen alterado para provocar la enfermedad.
La mayoría de los casos son resultado de mutaciones nuevas y se presentan en individuos cuyas familias no reportaban la presencia del mal en su historial médico.