[4] Una terapia para el síndrome de la cabaña es tan simple como salir e interactuar directamente con la naturaleza.
Las investigaciones han demostrado que incluso las interacciones breves con la naturaleza pueden promover un mejor funcionamiento cognitivo, apoyar un estado de ánimo positivo y un bienestar general.
[5] Escapar del confinamiento del interior y cambiar de paisaje y entorno puede ayudar fácilmente a una persona que experimenta fiebre de cabaña a superar su manía.
Y aunque se hayan suavizado las restricciones iniciales, sin embargo sienten inseguridad en salir a la calle.
[10] En este sentido, los especialistas recalcan que este estado no se considera una patología como tal, y las recomendaciones que sugieren para que no se convierta en un problema es la de ser realistas sobre el riesgo de salir a la calle, sin maximizarlo como si una persona fuera a contagiarse irremediablemente si sale de su casa.