Como príncipe heredero, Saguamanchica había participado activamente en varias batallas contra los panches, acérrimos enemigos de los muiscas.
[1] Al ascender al trono del Zipazgo, habiendo heredado riquezas considerables y el mando de treinta mil güechas (guerreros muiscas), se propuso expandir el territorio bajo su dominio, consolidar su poder y someter a los pueblos enemigos.
La colina estaba ceñida, por una parte, por un monte escarpado, y por la otra, por un profundo abismo que descendía hasta el cauce del río Pasca.
[4] Al final de la jornada, el ejército del Zipa no tuvo ni una sola baja.
Declaró la guerra y partió con su ejército con la intención de invadir Funza, capital del Zipazgo.
Saguamanchica se burló abiertamente del mensaje enviado por el Zaque, e incluso maltrató al emisario.
Cuando supo el Zaque lo ocurrido, formó un ejército de cuarenta mil güechas y se dirigió a Bacatá.
Al poblado habían llegado poco antes las tropas del Zaque, que aprovecharon para descansar y abastecerse.
A su muerte le sucedió su sobrino, Nemequene, que en ese momento era general de los ejércitos del Zipazgo.