Desde que el emperador Valeriano expidiera un edicto de prohibición y persecución al cristianismo, varias personalidades de la iglesia católica fueron pereciendo entre terribles castigos, por lo que el miedo y la prudencia obligaban a realizar las celebraciones litúrgicas en secreto.
Según cuenta San Ambrosio de Milán, durante una eucaristía secreta realizada por Sixto II, este fue arrestado por el ejército romano y apresado, se dice que posteriormente Lorenzo se encontró con el papa Sixto en el camino de éste al martirio, y que le preguntó: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo?
Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
La leyenda afirma que en medio del martirio, dijo: «Assum est, inqüit, versa et manduca» (traducido: ‘Asado está, parece, gíralo y cómelo’).
[6] La gente sencilla le levanta una sencilla choza pajilla en el lugar de su aparición como capilla para venerarlo y recibir la cantidad de favores mediados por la intercesión del santo ante Dios, que con tanto cariño y tanta fe le piden sus devotos.
El poblado se fundó con el nombre de San Lorenzo en honor y agradecimiento a su patrón, por lo que en el año 1855 se colocó la primera piedra del actual templo parroquia, fecha que es considerada como la segunda fundación del corregimiento.