Sancho I de León

[2]​ Al morir Ordoño en 956, Sancho I subió al trono leonés, pero dos años después, rechazado por su extrema gordura, fue destronado por los nobles leoneses y castellanos, encabezados por el conde Fernán González,[a]​ que nombraron rey a Ordoño IV.

[4]​[5]​ La reina Toda, Sancho I y su esposa Teresa Ansúrez viajaron a Córdoba en el 958.

[4]​[5]​ Allí Hasday ibn Saprut trató a Sancho de su obesidad, pesaba 240 kilos,[6]​ no permitiéndole tomar más que infusiones durante cuarenta días.

En 966 el rey Sancho fundó el monasterio de San Pelayo en la ciudad de León, consagrado en honor del mártir cordobés san Pelayo cuyos restos fueron trasladados por el rey a la capital del reino de León, aunque más tarde fueron llevados a Oviedo.

[10]​ En 966 terminó su reinado cuando falleció al ser envenenado, según la crónica de Sampiro, en el monasterio gallego de Castrelo de Miño por el conde rebelde Gonzalo Menéndez, quien le dio una manzana ponzoñosa: Gundisaluus, qui dux erat (...) veneni pocula illi in pomo duxit.

Mapa de la península ibérica en el siglo X .
Retrato de Sancho I, realizado en el siglo XIX .