Santa María Egipcíaca es un cuadro realizado por el pintor español José de Ribera en 1641.
María Egipcíaca (también llamada María de Egipto) era una cortesana que se convirtió al cristianismo luego de un viaje a Jerusalén y se retiró al desierto del Jordán para vivir como una ermitaña con sólo tres panes en el bolsillo, comprados dando limosna.
[1][2] Típico de la Contrarreforma (respuesta católica a la Reforma protestante), con su representación realista de penitentes, el cuadro hace hincapié en los rasgos desgastados del rostro y el cuerpo, la devoción a la oración y el abandono de la vida carnal (simbolizado por la calavera en primer plano).
La paleta y la composición son de un «tenebrismo sin concesiones» que puede verse en muchos otros lienzos del artista de este periodo.
[4] En 1651, de Ribera pintó una nueva versión de María Egipcíaca que se conserva en el Museo Cívico Filangieri, ubicado dentro del Palacio Como en Nápoles, Italia.