Obtuvo el Premio a la Música Nacional Presidente de la República en 2004.
Ciego desde su primer año de vida, y a pesar de provenir de una familia de 13 hermanos, (destaca entre ellos Alfonso, también payador) tuvo una educación meritoria dedicándose tempranamente a manejo de distintos instrumentos musicales como el arpa, el acordeón de botones y teclado, la guitarra, el guitarrón chileno, la vihuela, la mandolina y el cuatro venezolano.
Desde los 15 años adoptó el guitarrón transformándose en una de sus principales exponentes.
Gracias a su familia de antigua tradición como cantores populares del "canto a lo divino" pudo sustentarse cantando principalmente en "velorios de angelitos" donde generalmente contrataban poetas cantores para amenizar.
Santos Rubio fue un precursor en llevar la música de los cantores populares a las nuevas tecnologías, grabando un disco en los años 50 con este género musical, trabando amistad con la folclorista Violeta Parra y cantando además el disco "Cantos por travesura" con Víctor Jara.