Su contribución al quehacer artístico chileno se considera de gran valor y trascendencia.
[13][14] Por otra parte, Isabel Parra ha mencionado que su propia madre le señaló haber nacido en San Fabián.
Los hijos de la familia lucharon por sobrevivir saliendo a cantar en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso burdeles.
[cita requerida] Los problemas económicos se agravaron cuando el padre falleció en 1929[25] y, en 1932, Violeta se fue a vivir a Santiago invitada por su hermano mayor, el futuro antipoeta Nicanor Parra, que estudiaba allí.
Cereceda, que militaba en el Partido Comunista, inició a Violeta en la actividad política y ambos participaron ayudando en la campaña presidencial de Gabriel González Videla (1946).
[31] En 1949, nació su hija Carmen Luisa Arce Parra —que murió en Bruselas en 2007—[32] y ese mismo año contrajo matrimonio con el padre de la niña, Luis Arce Leyton, mueblista y tenor de ópera.
[28] En la misma época, editó sus primeros discos junto con su hermana Hilda, para el sello RCA Víctor.
Es así como su repertorio —hasta entonces basado en boleros, cantos españoles, corridos mexicanos y valses peruanos— pasó a las canciones más tradicionales del campo chileno, que le permitieron descubrir los valores de la identidad nacional como ningún otro artista lo había hecho antes.
Fue particularmente provechosa su estancia en París, donde grabó sus primeros larga duración —Guitare et chant: chants et danses du Chili (1956) y una serie de canciones grabadas que se editaron en diversas compilaciones posteriormente—, que incluían exclusivamente canciones recopiladas del folclore chileno.
Allí fundó, al año siguiente, el Museo Nacional del Arte Folklórico y posteriormente regresó a Santiago.
Los discos se grabaron con el mínimo acompañamiento de una guitarra de madera, y en la actualidad se encuentran descontinuados, al igual que los álbumes Toda Violeta Parra (1961) y Violeta Parra en Argentina (1962).
En 1961 Violeta viajó a Argentina, vivió en General Pico en la casa de la familia del gobernador, Joaquín Blaya.
En La Pampa cantó en la peña «El Alero» e impartió cursos de folclore, cerámica, pintura y arpilleras.
En la capital argentina en junio de 1962, se reunió con sus hijos Ángel e Isabel y su nieta Tita.
Se embarcaron rumbo a Helsinki (Finlandia) para participar en el VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
[28] En 1962 grabó para el sello Arion una serie de canciones editadas en diversas recopilaciones posteriores.
Lo fue a ver a La Paz y lo encontró casado —un mito urbano atribuyó la depresión de Violeta a un amor no correspondido por el cantante Pedro Messone, algo que él mismo ha desmentido haciendo notar la gran diferencia de edad de ambos; esta relación entre ambos habría sido hecha pública por la misma cantautora al declarar en una radio que había tenido un «hermoso idilio con él durante una gira al sur»; sin embargo, habría sido el músico uruguayo Alberto Zapicán y no Messone su última pasión—.
[39] Según Margot Loyola, Violeta Parra le habría dicho: «Uno, comadre, tiene que decidir el momento de su muerte [...
[2][3] En su última carta, dirigida a su hermano Nicanor, escribió, entre otras cosas: «Yo no me suicido por amor.
Sus décimas autobiográficas, que habían sido grabadas con voz de Violeta, fueron recopiladas en un LP editado por Alerce en 1976 (después ampliadas en Décimas y centésimas); Warner Music Chile sacó en 1999 el concierto que dio en Ginebra (Violeta Parra en Ginebra) y sus peculiares Composiciones para guitarra.
Diseñado por el arquitecto Cristián Undurraga, alberga sus arpilleras, óleos y obras en papel maché.
[58] En 2011 Andrés Wood estrenó su película Violeta se fue a los cielos basada en el libro homónimo de Ángel Parra[59] y protagonizada por Francisca Gavilán.
[62] Varias canciones han sido dedicadas a Violeta: Asimismo, su nieto Ángel Parra Orrego editó un disco con las anticuecas en 1994, y Tita Parra lanzó en 1998 una continuación de las décimas, con el título de Centésimas del alma.
Violeta Parra es mencionada en el tema «Canción protesta» (del disco Oye, 2006) de la banda colombiana Aterciopelados.
Incluso baladistas populares como Myriam Hernández, Gloria Simonetti y Luis Jara han incorporado la música de Violeta en sus repertorios.
Fuera de Chile, y tanto en grabaciones como en vivo, Violeta Parra ha sido interpretada por destacados artistas, entre ellos: