Santuario de la Virgen de la Gracia

El santuario fue construido como una simple capilla rural a principios del siglo XV, que se fue ampliando durante los siglos siguientes, como resultado de la construcción de las salas conventuales adyacentes donde se asentaron los franciscanos.

A finales del siglo XVIII, los frailes finalmente abandonaron el convento y el complejo religioso y, aunque sufrieron algunas modificaciones, continuaron siendo frecuentados por numerosos devotos de Nuestra Señora de la Gracia, que la consideraban milagrosa: las peregrinaciones continuas que se llevaron a cabo durante todo el siglo XIX y buena parte del siglo XX, fue transformando el antiguo convento en un santuario.

El pórtico es arquitrabado está coronado por un tímpano triangular; y sobre él hay dos ventanas de arco redondo abierto hacia un lado, separadas entre sí por una polífora amortiguada dividida por seis pequeñas columnas con un pequeño capitel de cumbre sobre el cual se apoyan seis pequeños arcos redondos.

El interior de la iglesia presenta una sola sala, con altares enriquecidos con sencillas decoraciones manieristas y barrocas.

Entre los edificios que una vez albergaron las estructuras del convento, se pueden ver los restos de una pequeña capilla de una sola cámara con techo a dos aguas, con una sencilla fachada en la que se abre el pórtico de entrada y, en la parte superior, un pequeño rosetón.

Pintura de la Virgen de la Gracia