Después viaja a Toledo, donde cursa estudios superiores.
Marcha a Cádiz y se embarca en el navío Virgen de Atocha hasta llegar a tierras mexicanas.
A su llegada le nombran Comisario de la tercera Orden.
A los 56 años es elegido procurador en las Cortes que se celebrarían en Madrid y Roma.
Fue un gran teólogo, querido y apreciado por todos, especialmente donde impartía sus enseñanzas.