Su metodología de trabajo se basa en la implicación de los propios gitanos, el fomento del voluntariado y la independencia económica frente a las administraciones.
Históricamente, al margen de los resultados más palpables de su labor, promovió la conciencia colectiva entre el pueblo gitano y formó a la que después sería la primera promoción de dirigentes del movimiento asociativo gitano.
Impulsada por el Arzobispado de Barcelona, ha tenido como directores al propio Artigues, Jordi García-Die, Oriol Xirinacs, Ignasi Marquès y, en la actualidad, Sergi Rodríguez.
Su trabajo se desarrolla fundamentalmente en ocho ámbitos distintos: inclusión, prisiones, cultura, empleo, salud, vivienda, colonias infantiles y cooperación.
Se financia, básicamente, a partir de aportaciones privadas.