Secuestro de Terrazas del Ávila

En el sitio se hizo presente el párroco de Baruta, Juan Manuel Fernández; el fiscal general Iván Darío Badell, el director del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, comisario José Lazo Ricardi, varios diputados del Congreso Nacional y otras personalidades.

[1]​ Unos trabajaron con afán; otros, buscaban publicitarse, pues nada tenían que hacer en el sitio.

Fue en ese preciso instante cuando resultaron heridos dos de los agentes de la PTJ, pues el antisocial que quedaba dentro se enfureció al sentirse traicionado y abrió la puerta repentinamente y comenzó a disparar.

No hubo ningún otro contacto y la policía comenzó a preocuparse, pues por los micrófonos que habían colocado por los ductos del aire acondicionado y de la basura, escucharon cuando el antisocial decía a María Magdalena que todo estaba perdido.

Julio César Castro se sentó en la poceta y colocó a la muchacha en sus piernas en calidad de escudo.

Igualmente su secuestrador, Julio César Castro Zambrano, recibió varios balazos y también murió.

Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) lo encontraron en Artigas (municipio Libertador).