Suele consistir en una estrella de David (dos triángulos invertidos) rodeada por un círculo.
[5] La leyenda del Sello de Salomón fue desarrollada principalmente por autores del Medio Oriente medievales, quienes relataron que el anillo había sido grabado por Dios mismo y dado al rey directamente desde el cielo.
En un relato, un demonio—Asmodeo o Sakhr—, llegó a hacerse con la posesión del anillo y gobernó en lugar de Salomón durante cuarenta días.
En una variante del relato del «anillo de Polícrates» de Heródoto, el demonio eventualmente arrojó el anillo al mar, donde fue tragado por un pez, a su vez pescado por un pescador caritativo, quien sin saberlo se lo dio de comer al derrocado Salomón, devolviéndolo al poder.
Una leyenda sobre un anillo mágico con el que el poseedor podía dar órdenes a los demonios ya era popular en el siglo I (Flavio Josefo[2] : 8.2 menciona a un tal Eleazar que usó un anillo tal en presencia de Vespasiano), pero la asociación del anillo con el nombre del rey Salomón es probablemente medieval, con todo y la existencia del texto apócrifo del siglo II d. C., Testamento de Salomón.
El tratado Guitín (folio 68) del Talmud tiene una historia que involucra a Salomón, el demonio Asmodeo y un anillo con el nombre divino grabado: Salomón le da el anillo y una cadena a un tal Benaiahu, hijo de Joiada, para que atrape al demonio Ashmedai, y así obtener la ayuda del demonio para construir el templo; Ashmedai luego engaña a Salomón para que le dé el anillo y se lo traga.
[7] La representación del sello como un pentagrama, por el contrario, parece haber surgido en la tradición occidental de magia renacentista (que a su vez fue fuertemente influenciada por el ocultismo árabe y judío medievales); el obispo y anticuario inglés White Kennett (1660-1728) hace referencia a un «pentángulo de Salomón» con el poder de exorcizar demonios.