Sinfonía n.º 59 (Haydn)

Pero no hay nada en particular que la distinga de otros movimientos sinfónicos apasionados escritos por Haydn en ese periodo.

Es probable que el compositor utilizara la obra existente para la representación en 1774 y esta asociación puede ser el origen de su apodo.

No obstante, existen grabaciones con clavecín en el bajo continuo realizadas por: Trevor Pinnock (Sturm und Drang Symphonies, Archiv, 1989-1990); Nikolaus Harnoncourt (n.º 6–8, Das Alte Werk, 1990); Sigiswald Kuijken (incluidas las Sinfonías de París y Londres; Virgin, 1988-1995); Roy Goodman (Ej.

Haydn compuso esta obra durante un periodo en el que se dedicó fundamentalmente a escribir óperas.

Se trata, en cualquier caso, de una obra ardiente, con muchos rasgos que la sitúan en el periodo Sturm und Drang del compositor.

El primer tema de gran intensidad constituido por escalas descendentes y ascendentes acompañadas por un ritmo impetuoso en los violines.

El segundo tema, elaborado con tresillos en los violines, es tan intenso como el primero y se cierra sobre un prolongado pedal de dominante.

Cuando llega el segundo tema en la recapitulación, se presenta en la tónica con las consabidas figuras de tresillos, pero la melodía está totalmente alterada.

Estas expectativas se disipan cuando la orquesta al completo entra para interpretar el segundo tema en la recapitulación.

[3]​ Existen vínculos melódicos entre dichos movimientos, ya que ambos están escritos en la menor y ambos se inician con la misma secuencia de notas.

Allegro assai, retoma la tonalidad inicial, el compás es alla breve y también responde a la forma sonata.

Haydn hacia 1770.