Se denomina sistema de transferencia para peces a ciertas estructuras u obras de ingeniería —de diferentes tipos, formas, tamaños y materiales— construidas específicamente para permitir que los peces (y en conjunción otros organismos acuáticos) logren superar las barreras que, para sus movimientos o migraciones, representan los diques artificiales de cualquier destino.
Ha generado numerosos equívocos el denominarlos popularmente y de manera vaga “escaleras para peces”, cuando en realidad ese nombre le corresponde específicamente a uno de los sistemas diseñados (entre los más utilizados); lo cierto es que son numerosos y apelan a métodos diametralmente opuestos para intentar obtener los mismos fines.
Para aumentar la probabilidad de que ingresen se deben definir y adaptar los rasgos hidrodinámicos del sitio.
Fue diseñado originalmente para transferir, solo de manera ascendente, a clupéidos y salmónidos en ríos del hemisferio norte, si bien también pueden ser recorridos en dirección contraria.
Solo son particularmente eficaces para transferir especies buenas saltadoras (como las citadas) porque cada escalón de la “escalera” debe ser subido por el pez mediante pequeños saltos fuera del agua, asimilados como los pasos de una escalera.
Este suele permitir migraciones tanto río arriba como descendentes, y es apto para especies saltadoras como las que no tiene esa capacidad, aunque tiene un sesgo negativo al excluir especies poco aptas para nadar contra corrientes fuertes.
Para atenuar este problema en algunos casos se disponen las obstrucciones conformando un ángulo que mira en dirección hacia donde proviene la corriente, pudiéndose hacerlo inclinando a las barreras rectilíneas o construyéndolas ya con el ángulo.
Es similar al del canal con barreras, sin embargo si bien el conjunto todo también es recto, los lados del canal no son rectos sino que forman una sección siempre curva de un meandro, mientras que el lado opuesto del mismo lo representa la barrera, la que también es curva con el extremo direccionado en algunas variantes hacia donde viene la corriente y de manera opuesta en otras.
Su aspecto suele ser casi idéntico al de un río tradicional, ya que se construye creando un curso que simula ser un río; a él se le colocan grandes rocas dispuestas de manera suelta pero formando una barrera perpendicular a la corriente para reducir la velocidad de esta, formándose así pozas entre las hileras para permitir que el pez descanse.
Los sistemas de transferencia del tipo by-pass, basados en canales artificiales para migraciones, son los que más imitan el curso de un río natural, destacando su eficacia en permitir también las migraciones descendentes hacia las porciones fluviales río abajo, las cuales son muy necesarias en ríos con alta biodiversidad.
Se construyen con un recorrido muy ondulante o meandroso y fondo en pendiente, pudiendo combinarse con tramos con barreras, escalas, además de pozas y pequeñas lagunas, para que los peces se repongan del extenuante ascenso.
[37] Para su desarrollo se aprovechó la existencia de un curso fluvial natural, el río Bela Vista, al cual se lo modificó, adosándole también un sistema de canales y lagunas y algunas estructuras en barrera.
Si se circunscribe el detalle solo sobre las grandes especies migratorias, las que con mayor facilidad logran ascender hasta las aguas del embalse son: Salminus brasiliensis, Prochilodus lineatus, Leporinus obtusidens y Leporinus elongatus.
[23] El sistema llamado “ascensor” o “elevador de peces” cuenta con un mecanismo similar al que se encuentra en los edificios.
Por ejemplo, para presas proyectadas a construirse en el estado brasileño de Minas Gerais se han propuesto 10 modelos diferentes.
[44] Elevadores muy estudiados son los 4 que funcionan en la represa de Yacyretá, en el límite argentino-paraguayo.
A los peces que nadando río arriba llegan al murallón, los ascensores les permiten superar los entre 25 y 30 metros de diferencia con el lago artificial.
Las especies que más se debía procurar traspasar, es decir las que realizan extensas migraciones (Pseudoplatystoma corruscans, Pseudoplatystoma reticulatum, Leporinus obtusidens, Prochilodus lineatus, Salminus brasiliensis, Piaractus mesopotamicus, etc.) no alcanzaron a rebasar el 2 %.
Si bien su destino fundamental es transformar la energía hidráulica en energía eléctrica pasando por ellas el agua contenida en un embalse, por sus características y de manera adjunta a su eminente función productiva, también constituyen un sistema de transferencia de peces, al permitir la tan buscada migración descendente (desde aguas arriba hacia aguas abajo),[48] indispensable en los cursos fluviales con especies migratorias en las cuales sus ejemplares realizan prolongados viajes en ambas direcciones todos los años y, en ocasiones, durante décadas.