Situación canónica de la Fraternidad Sacerdotal de san Pío X

La primera parte del protocolo era doctrinal, en la cual Lefebvre aceptaba que la FSSPX:[13]​ La segunda parte del protocolo era jurídica, y en ella se negociaban los derechos y responsabilidades de la fraternidad como grupo, así como la condición de los individuos afiliados a la FSSPX, incluyendo que:[14]​ Ratzinger y Lefebvre sugirieron en el protocolo que:[14]​ El protocolo debía ser presentado a Juan Pablo II para su aprobación.

[17]​ En consecuencia, Lefebvre y los cuatro consagrados fueron excomulgados por desobediencia grave a la solicitud de no ordenar ilícitamente a los obispos, mientras Castro-Mayer habría sido excomulgado automáticamente[17]​ Se argumenta también que esto implicaría que el estado de necesidad apelado por la fraternidad no podría ser aplicado a este caso.

[17]​ En consecuencia, Lefebvre y los cuatro consagrados fueron excomulgados por desobediencia grave a la solicitud de no ordenar ilícitamente a los obispos, mientras Castro-Mayer habría sido excomulgado automáticamente[17]​ Se argumenta también que esto implicaría que el estado de necesidad apelado por la fraternidad no podría ser aplicado a este caso.

[17]​ Al mismo tiempo, Juan Pablo II crearía la Pontificia Comisión Ecclesia Dei (PCED), buscando facilitar “la plena comunión eclesial” a los miembros y adherentes de la FSSPX que “deseen permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia católica”, “conservando sus tradiciones espirituales y litúrgicas, según el protocolo firmado el pasado 5 de mayo por el cardenal Ratzinger y por el arzobispo Lefebvre”.

[27]​ Para que cualquier sacerdote que no sea el párroco u ordinario local de las partes sea "competente para asistir", debe recibir la facultad del párroco de las partes o del ordinario local.

[29]​ Los seis fieles buscaron un recurso jerárquico de la Santa Sede que revertiera el decreto.

Los incluyó junto a otros grupos, como los que hacen campaña por el aborto.

[35]​[nota 2]​ A grandes rasgos, esto implicaba que cinco de los sacramentos reconocidos por la Iglesia católica (bautismo, confirmación, ordenación, unción de enfermos y eucaristía) fueran válidos pero ilícitos.

Mientras tanto el matrimonio y la confesión, al requerir ambos un permiso del ordinario que no les ha sido conferido, fueran inválidos hasta la dispensación de la Santa Sede.

[36]​[37]​[38]​ Para superar esta dificultad, la FSSPX argumentaba que la absolución y el matrimonio son válidos, basado en su interpretación del derecho canónico.

En noviembre de 2016 en Misericordia et misera, Francisco anunció que había "decidido personalmente extender esta facultad más allá del Año Jubilar, hasta que se tomen nuevas disposiciones, para que nadie sea privado del signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia".

Por tanto, se mantendrían firmes en considerar que la Roma actual, tras las reformas del Concilio Vaticano II, se habría desviado de la Sagrada Tradición y la Doctrina católica revelada por Dios al ignorar aparentemente milenios de tradición.

Concluyendo que el problema no serían ellos, si no el Papa y la Jerarquía de la Iglesia católica, por haber adoptado "tendencias neoprotestantes y neomodernistas", y que los problemas eclesiásticos de su situación canónica irregular son el efecto causado por problemas doctrinales de los cuales divergen.

[44]​ "Por definición, su solicitud conllevaba un reconocimiento de la autoridad del papa sobre la Iglesia aquí en la tierra".

El Papa Benedicto XVI explicó que la FSSPX no tiene estatus canónico en la Iglesia católica por razones doctrinales y que los ministros de la FSSPX "no ejercen legítimamente ningún ministerio en la Iglesia".

[45]​[46]​ Según el canon 1383 del Código de Derecho Canónico, una suspensión a divinis afecta a los clérigos de la FSSPX que han sido ordenados al sacerdocio ilegítimamente.

Pablo VI dándole el anillo cardenalicio a Joseph Ratzinger .
Juan Pablo II en 1984,
Marcel Lefebvre celebrando misa en 1981.
Papa Francisco en 2021.