Un ejemplo de soneto con estrambote es "Al túmulo del rey Felipe II de España en Sevilla", de Miguel de Cervantes[2]; a los catorce versos de que consta el soneto se añaden tres más, que constituyen el estrambote, dedicado a un monumento a Felipe II que se erigió en Sevilla[3].
El soneto con estrambote persigue casi siempre una finalidad humorística; es de notar que del sustantivo estrambote deriva el adjetivo estrambótico, que significa, según la Real Academia Española, "extravagante, irregular y sin orden".
AL TÚMULO DEL REY FELIPE II EN SEVILLA (Miguel de CERVANTES) ¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla!, porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza?
¡Por Jesucristo vivo, cada pieza vale más de un millón, y que es mancilla que esto no dure un siglo!, ¡oh gran Sevilla, Roma triunfante en ánimo y nobleza!
Apostaré que el ánima del muerto por gozar este sitio hoy ha dejado la gloria, donde vive eternamente.