En el siglo XVI Sevilla era una ciudad de gran prosperidad económica gracias al comercio con América.
El segundo cuerpo era un templete formado por 32 columnas jónicas de mármol pardo muy sutiles que lo hacían casi transparente.
), en un lado, y en el otro: NON EST HIC, NAM REGNAT INTER SUPEROS (No está aquí, pero reina entre los santos).
El monumento captó la atención de varios autores del Siglo de Oro español e incluso Francisco Jerónimo Collado escribió un libro entero sobre él en 1611, pero el elemento más conocido es el siguiente soneto con estrambote compuesto por Miguel de Cervantes: Al Túmulo del Rey Felipe II que se hizo en Sevilla Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla, porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza?
Apostaré que el ánima del muerto por gozar este sitio hoy ha dejado la gloria donde vive eternamente.