Submarino clase Sōryū

Se retiran los submarinos sin exprimir su vida operativa ya que gracias a una excelente planificación un nuevo submarino de una nueva clase ya esta listo para sustituir a otro.

Fue la primera generación de submarinos verdaderos, mejorando mucho la prestaciones respecto a la predecesora clase Asashio.

Cuando fueron considerados anticuados en los estándares japoneses, las dos primeras unidades fueron asignadas a entrenamiento, conservando la capacidad de combate si hiciera falta.

Desde Sōryū hasta Shōryū están equipados con motores Kockums Naval Solutions Stirling, fabricados con licencia por Kawasaki Heavy Industries, lo que les permite permanecer sumergidos durante períodos de tiempo más largos.

El costo del sexto submarino (Kokuryū) se estimó en 540 millones de dólares.

Además la automatización debe servir para reducir la fatiga de la tripulación durante los largos despliegues, algo esencial para asegurar una alta disponibilidad operativa.

Con 2.947 toneladas de desplazamiento en superficie y 4.100 en inmersión son los mayores submarinos construidos por Japón en la posguerra.

La clase Soryu presenta una popa en forma de X para conseguir mayor maniobrabilidad en aguas poco profundas y litorales, en particular en los estrechos que rodean a Japón y que marcan las principales rutas de invasión.

El submarino está diseñado para minimizar la detección por sonar y otros sistemas de rastreo.

Para ello incorpora una combinación de revestimientos especializados en el casco que amortiguan las señales del sonar y reducen el perfil acústico.

Esto reduce significativamente el riesgo de ser detectado por el sonar enemigo, lo que permite al submarino llevar a cabo operaciones encubiertas en entornos hostiles.

El submarino cuenta con un periscopio con sensores electroópticos e imágenes infrarrojas, lo que le permite detectar objetivos tanto en operaciones diurnas como nocturnas o mal tiempo.

La clase Sōryū está armada con seis tubos lanzatorpedos, capaces de lanzar torpedos Tipo 89, los más avanzados del arsenal japonés.

Tienen un desplazamiento mayor que cualquier otra clase de submarino en el servicio en la JMSDF.

Antes del AIP los mejores submarinos convencionales clásicos podian pasar solo entre tres y cinco días sumergidos.

Se comenzó la producción en 2017 y el primer submarino equipado con ellas fue el Oryu (undécimo de la clase) en 2019.

Estos dos submarinos abandonaron el AIP para confiar por completo en las baterías de ion-litio y así allanaron el camino para la siguiente generación.

El gobierno indio sopesó construir bajo licencia seis submarinos de la clase Soryu.

Hakuryu