Manuel Dardalla y Anselmo Alfonso se encargaron de la ornamentación.
Fue el primer teatro estable con el que contó Santander y tuvo un coste superior al millón de reales.
En su escenario se llevaron a cabo representaciones como los sainetes y las zarzuelas.
Fue reformado entre 1893 y 1894, regresando su actividad en diciembre de este último año.
La asociación se trasladó a su actual ubicación, en la cercana calle Gómez Oreña.