[4] La actualización y ampliación del Bien de Interés Cultural se está tramitando desde 2016.
Desde la llegada de san Fructuoso y hasta pasada la invasión musulmana en el siglo X, los ermitaños fueron llegando a estas montañas de modo masivo, poseídos por una fiebre mística colectiva, sólo comparable con la que sufrió la Tebaida egipcia dos siglos antes.
Una vez organizado el monasterio de Compludo, al que los grandes señores ofrecían constantemente donaciones, Fructuoso decidió continuar con la vida cenobítica y solitaria buscando un nuevo lugar aún más agreste e inaccesible, en una cueva de la montaña Aquiana.
Hasta el nuevo retiro le siguieron admiradores y discípulos que le obligaron al poco tiempo a levantar un nuevo monasterio: el llamado Rupianense, origen del monasterio de San Pedro de Montes.
Desde allí, maestros mozárabes llevarían a la Tebaida Berciana la influencia del Califato Cordobés.
Según el Real Decreto 1244/1969 se declaró «paisaje pintoresco» a la llamada «Tebaida Leonesa».