Tisífone (en griego Τισιφόνη, ‘vengadora del asesinato’), en la mitología griega, era una de las tres Erinias o Furias, hermana de Alecto y Megera, y como espíritu de la venganza, era la encargada[cita requerida] de castigar los delitos cometidos por asesinato: parricidio, fratricidio y homicidio.
Un mito cuenta que Tisífone se enamoró de un joven muy hermoso que se llamaba Citerón y no pudiendo contener la impaciencia de sus deseos, le declaró su amor en una carta, a la que él no respondió.
Entonces la erinis, errando en su designio, tiró de una de las serpientes y la arrojó sobre el joven, que guardaba sus ovejas en la cima del monte Asterión; la serpiente se enroscó en su cuello y lo ahogó hasta la muerte.
Desde entonces, por voluntad de los dioses, al monte se le llamó Citerón.
[2] Unos dicen que la erinis Tisífone alguna vez dio de beber a sus fatigadas serpientes, que emergían de su cabellera, de las aguas sulfurosas.