La paz de Anagni se firmó en 1295, y en ella Jaime el Justo cedía el Reino de Sicilia a los Estados Pontificios, y recibía del papa en compensación 12 000 libras tornesas y probablemente la promesa de infeudación de Córcega y Cerdeña.
En el mismo documento, Carlos de Valois renunciaba a la corona de Aragón, y Jaime II devolvía Baleares a Jaime II de Mallorca, al que habían sido confiscadas por Alfonso el Franco.
Tras dos meses de sitio,[2] Giovanni Monforte, el conde de Squillace pudo huir, y el castillo fue tomado.
Roger pasó a Calabria, y los castillos que Lauria poseía en la isla,[3] fueron rodeados y vencidos.
Lauria intentó levantar Calabria contra Federico II de Sicilia, pero fracasó al ser derrotado por el gobernador Blasco de Alagón el Viejo en la batalla de Catanzaro.