Torsión ovárica

[4]​ La torsión ovárica es un proceso poco frecuente, afecta a 6 de cada 100,000 mujeres anualmente.

Las torsiones ováricas rara vez son bilaterales (menos del 20% de los casos) y predominan en el lado derecho.

Los síntomas iniciales son dolor abdominal generalizado o dolor unilateral que puede confundirse con apendicitis, diverticulitis, tiflitis, embarazo extrauterino, cólico ureteral, síndrome del intestino irritable, enfermedad inflamatoria pélvica o endometriosis en la fase álgica.

[7]​ Característicamente, la torsión ovárica progresa hacia un dolor cada vez más localizado, intenso y terebral asociado con náuseas, vómitos, abdomen agudo localizado, alve cerrado y, en casos de necrosis ovárica, fiebre.

[10]​[11]​ Sin embargo, el flujo Doppler no siempre está ausente en la torsión; el diagnóstico definitivo a menudo se realiza en el quirófano.

Las mujeres con un flujo patológicamente bajo tienen más probabilidades de tener TO (77% frente a 29% en un estudio).

[9]​ Las características de flujo específicas en la ecografía Doppler incluyen:[12]​ La vascularización normal no excluye la torsión intermitente.

Sin embargo, la presencia de flujos arteriovenosos ováricos no descarta la presencia de isquemia ovárica intermitente;[12]​ en estos casos, ante una sospecha clínica justificada, el diagnóstico solo puede plantearse mediante laparoscopia.

Durante la laparoscopia se realiza la fijación quirúrgica del ovario afectado a la pared de la pelvis (ooforopexia).