En la parte alta del cerro (cotas 80 a 103 m) se han encontrado restos arqueológicos de distintas épocas.
Según José Belda Domínguez, que fue el primero que lo excavó en 1944, los más antiguos, situados en el fondo, pertenecían al bronce y al ibérico antiguo del siglo IV a. C. Había encima un nivel más potente con materiales de los siglos II y I a. C..
Hacia 1960, siendo alcalde Pedro Zaragoza Orts, se construyó una carretera de acceso y un mirador en la cumbre que arrasaron parte del yacimiento.
También era complicado relacionar el poblado de la cumbre con otros cuatro yacimientos arqueológicos localizados en las inmediaciones del Tossal, cuya cronología va del siglo IV al I a. C. En un cerro troncocónico situado a los pies del Tossal José Belda encontró fragmentos de pebeteros o timiaterios que atribuyó a la diosa Tanit y que hoy se interpretan como la diosa Deméter.
En estos yacimientos se han encontrado restos de cerámica, hierro, huesos y vidrio.
Estudios posteriores[1] revelaron que el cerro fue un asentamiento romano ocupado por los ejércitos de Quinto Sertorio durante las llamadas Guerras Sertorianas.
En julio de 2013, la profesora Feliciana Sala Sellés dirigió una nueva excavación, la cuarta, sobre los restos que habían sobrevivido a la urbanización del Tossal.