El otro, bautizado con el nombre de Amazonas, tuvo más suerte y logró con mucho éxito sobrevivir en el tiempo.
Uno de estos aparatos fue comprado en Estados Unidos y los otros tres se adquirieron a la brasileña VARIG.
En estos años se hacían vuelos chárter que trasladaban enfermos, médicos, sacerdotes, misioneros, ingenieros e incluso antropólogos.
Las pistas de Guayaquil, Esmeraldas, Manta, Portoviejo, Cuenca, Ibarra, Tulcán, Loja, Macará, etc., fueron muy frecuentadas por sus aviones.
Por su parte, el ejército también aumentó su flota de aviones y tomó a cargo trayectos que anteriormente hacía la empresa.