Los comunicados jugaron un papel crucial en el establecimiento de relaciones entre Washington D. C. y Pekín.
Esencialmente, ambas partes acordaron respetar la soberanía nacional y la integridad territorial de cada uno.
Además, el gobierno de los Estados Unidos declaró que pondría fin a las relaciones políticas formales con la República de China ("Taiwán") mientras conservaba los lazos económicos y culturales con dicha isla.
Ambas partes también reafirmaron las declaraciones realizadas sobre el tema de Taiwán en el comunicado anterior.
[3] Posteriormente, Estados Unidos aclaró el tercer comunicado al emitir las Seis Garantías a Taiwán.