Por otro lado, el relieve se originó durante el terciario, como resultado de la orogénesis alpina, y fue modelado posteriormente en el cuaternario, influido por las últimas glaciaciones.
El más importante da nombre al Valle, arroyo de Hornecinos, y desagua en la llanura extremeña.
La nieve, aunque presente, lo hace cada vez con menor frecuencia y por pocos días al año.
Al igual que el eucalipto, el pino y el castaño en la parte alta, fueron introducidos entrópicamente en la zona desde la época romana.
Las aves forman parte de un paisaje muy variado: águilas, buitres, perdices, golondrinas... Entre los mamíferos se pueden encontrar: jabalíes, zorros, gatos monteses y ciervos.
Podría tratarse del templo dedicado a Júpiter que se encontraba en la ciudad de Caparra, según Huber.
Blázquez, podrían ser inscripciones prerromanas, ya que ACPULSOIUS fue una divinidad vetona de los DII Minores.
También se han encontrado restos de al menos dos núcleos romanos, en las fincas El Bardal y La Torrecilla.
Finalmente, la abundancia agrícola, la densidad de los bosques y el clima favorable ofrecieron refugio a personas perseguidas tras la Guerra Civil.