Modesto en comparación con la gran mayoría de los disfraces que aparecen en el largometraje, la sencillez y el diseño juvenil del vestido pretendían mostrar la inocencia de Dorothy, mientras que su tonalidad clara simbolizaba el viaje desde la mundana Kansas hasta la vibrante tierra de Oz, ambas partes filmadas respectivamente en sepia y en Technicolor, con la prenda a menudo citada como la causante de la popularización del uso del vichy en la moda femenina durante el siglo xx.
[1] La actriz y cantante Judy Garland llevó un vestido prácticamente idéntico en la adaptación fílmica,[2] siendo esta la única prenda que lució en toda la película.
[9] Cukor rediseñó tanto el vestido como el peinado de Garland para mostrar de manera más fiel a una joven de Kansas, aspecto que la actriz luciría en la versión final, dirigida por Victor Fleming (debido a compromisos y conflictos sobre la estética del filme, El mago de Oz fue dirigida por hasta cinco directores: Norman Taurog, Richard Thorpe, George Cukor, Victor Fleming y King Vidor).
[12] Pese a que Fleming dirigió la mayor parte del largometraje y está acreditado de forma oficial, Vidor lo sustituyó cuando Victor asumió la dirección de Lo que el viento se llevó (1939).
[34][35] Tras abrir la puerta Koshay retrocede lentamente sin darse la vuelta hasta salir del plano, apareciendo entonces Garland con el traje rosa claro y azul.
[34] Pese a haber sido ampliamente descrito como de color blanco y azul, en realidad el atuendo es azul y rosa claro[8] debido a que este último color era más fácil de captar en Technicolor, procedimiento entonces novedoso,[36][37] estando la blusa igualmente teñida de rosa claro para impedir destellos provocados por los focos[38] (así mismo, Adrian probó numerosas tonalidades de azul hasta encontrar el tono que mejor se veía en Technicolor).
[45] El conjunto completo queda explicado si se compara con los atuendos de otros personajes[3][46] ya que alude a la naturaleza tímida e inocente de Dorothy[43][47] y a su crianza en una humilde granja.
[48] En el libro The Hundred Dresses (2013), la lexicógrafa Erin McKean define el traje como cualquier prenda que un personaje femenino principal lleva usualmente al embarcarse por vez primera en una aventura inesperada,[1] mientras que la periodista y editora de moda Jess Cartner-Morley describe a la protagonista y su atuendo como la encarnación del mensaje final de la película: «No hay lugar como el hogar».
[18] La labor del diseñador está acreditada como una importante influencia en la moda femenina al popularizar el uso del vichy en los Estados Unidos:[56][57][58][59] antes de 1939, el textil era mayormente apreciado por las clases trabajadoras dada su comodidad, durabilidad y asequibilidad,[60][61] siendo utilizado a menudo para decorar muebles y confeccionar ropa infantil,[62] si bien durante los primeros años del siglo xx el vichy fue común entre los habitantes de las Grandes Llanuras, volviéndose tendencia tras el estreno del largometraje,[29] momento en que empezó a ser utilizado por madres e hijas para emular a Dorothy.
[79][83] El vestido y su estética experimentaron una revitalización en 2019 debido a un interés renovado por los atuendos campestres y victorianos, circunstancia que Hilary Whiteman, de CNN, describió como «una reacción natural a tendencias previas para desnudarlo todo».
[3] Desde el fin del rodaje en 1939 los trajes han ido pasando por las manos de diversos propietarios,[6] habiéndose vendido o subastado a lo largo del tiempo diferentes versiones por diversos particulares, entre ellos la actriz Debbie Reynolds[88][89] (los trajes supervivientes están considerados entre los más valiosos de la cinematografía a nivel mundial).
[99][6][3] Pese a encontrarse amarillento por el paso del tiempo y de estar la blusa rasgada,[87][20][30] el traje fue considerado como en buenas condiciones generales,[20] determinando los curadores del museo que el vestido era uno de los entonces únicos seis que poseían evidencias suficientes para ser legítimos[87] (se cree que este modelo fue llevado por Garland en la escena en que Dorothy es amenazada por la Bruja del Oeste mientras se halla prisionera en su fortaleza,[20][101] particularmente el momento en que la bruja hace uso de un reloj de arena para calcular cuánto tiempo de vida le queda a la joven).
[108] La orden de Gardephe prohíbe la venta o transferencia del objeto del litigio hasta que la corte federal llegue a un veredicto,[87] motivo por el que el vestido permanece actualmente sin vender en las dependencias de la universidad.
[3] La cobertura mediática en torno a la demanda fomentó discusiones sobre la propiedad y conservación de prendas históricas;[110] en mayo de 2022 Kim Kardashian fue públicamente criticada por llevar a la Met Gala el vestido que Marilyn Monroe lució cuando cantó «Happy Birthday, Mr.
[3] En total, los modelos existentes son los siguientes:[3] Pese a que tanto Garland como la película son más recordadas por los zapatos de rubíes,[16][112] el vestido de Dorothy permanece como uno de los elementos más reconocibles del largometraje[6] y es a menudo recreado o referenciado en adaptaciones del libro en diversos medios.