[4] Procedente de una familia conservadora, fue educado en un ambiente culto, católico y disciplinado.
En menos de un año Vicente abandonó su trabajo en Seyra para dedicarse totalmente al negocio del taller,[9] y un poco más tarde, en 1944, Manuel renunció a su carrera militar para entregarse al desarrollo de la nueva empresa.
Para abrirse camino en el mercado de la sanidad española, iniciaron relaciones con los doctores Francisco Marco Merenciano, psiquiatra y director del Sanatorio Psiquiátrico Provincial del Padre Jofré en Valencia, y José María Ríus Vivó, electrólogo.
El Dr. Ugo Cerletti y su equipo, utilizaron corriente alterna para provocar ataques epilépticos en pacientes esquizofrénicos.
[10] El uso terapéutico con descargas eléctricas venía a sustituir otros procedimientos de terapia de choque farmacológica, como la realizada con insulina por el doctor Manfred J. Sakel, y la del doctor Ladislaus von Meduna que utilizaba cardiazol, tratamientos más caros y con más efectos adversos.
En 1953, cuando el negocio familiar estaba en pleno auge, surgieron desavenencias entre los dos hermanos y decidieron repartir la industria a partes iguales.
Vicente se marchó a Madrid con su esposa y cinco hijos iniciando, esta vez en solitario, un negocio similar al que había montado en Valencia con su hermano.
[17] La entonces nueva empresa Mossi Técnico Industrial, estuvo ubicada en la misma finca que el domicilio familiar en el barrio de Prosperidad, en la calle Canillas 77, en Madrid.
[18] En poco tiempo la actividad del nuevo negocio fue creciendo, diversificó su trabajo con la fabricación y distribución de otros productos que permitían ocupar la producción del taller cuando el trabajo de equipos médicos y laboratorio escaseaba.
Los equipos se fabricaban siempre a la medida de las necesidades del cliente.
Conoció, a través de Modas Isabel, al pintor Enrique Gran, que como la modista, acudía regularmente a las tertulias del Café Lion para entrar en contacto con el grupo de extraterrestres conocido como los Ummitas.
Cuando el pintor pintaba en un habitáculo cerrado, debía llevar los dos tubos traqueales con el aspirador al exterior a través de una ventana, de forma que entrase aire limpio y la espiración ese produjera también en el exterior.
Posteriormente este sistema fue solicitado por otras unidades del CSIC en diferentes localidades.
Al producirse un fallo del neutro, estos equipos, formados por instrumentos delicados y muy caros, se averiaban con bastante frecuencia.