Considerada una de las obras más destacadas de la Escuela Andaluza de Escultura en el siglo XVII, se atribuye a Alonso Cano, quien incorporó elementos característicos del Barroco español.
[1] En 1628, el Visitador Fernando de Vera ordenó la renovación del altar mayor y su retablo, debido a su deterioro.
[2] Inicialmente, la construcción del retablo fue encargada a Miguel Cano y Pablo Legot.
La Virgen sostiene con su mano derecha a un Niño Jesús desnudo en posición erguida sentado sobre la mano izquierda de su madre.
[5]Los historiadores afirman que su labor estuvo dirigida por Cano, evidenciando la dualidad pintor-escultor del artista.