[4] El gobierno trinitario no aceptó negociar con los secuestradores, por lo que después de varias horas decidieron partir hacia Aruba, donde intervino el primer ministro y logró contacto telefónico con Hilertant, pero no logró negociar.
El equipo policial venezolano, liderado por el entonces comisario general Henry López Sisco, no había logrado avanzar en las negociaciones y contactó a la esposa de Hilertant, Denys Martínez, quien se prestó para conversar con los secuestradores para que cesaran la misión.
El diario español La Vanguardia también confirmó las vinculaciones de los secuestradores con supuestos planes para derrocar al dictador.
[5] Los secuestradores se conocieron en una cárcel en República Dominicana y desde hacía unos meses compartían la misma pensión en El Silencio, en Caracas.
Los secuestradores amenazaron con hacer explotar el avión si no recibían el dinero y el helicóptero que habían solicitado.
Denys Martínez habló por teléfono con su esposo Hilertant y le pidió que abandonara la amenaza de explotar la aeronave.
Las tres puertas del avión fueron abiertas casi al mismo tiempo y los rehenes fueron liberados.