Jugó toda su carrera profesional para los Washington Senators con los que logró un título de Serie Mundial.
En sus primeros tres años en las mayores tuvo un récord negativo de 32 victorias y 48 derrotas.
Entre otras hazañas, consiguió en 1912 dieciséis victorias consecutivas; en 1913, su mejor temporada, tuvo 56 entradas sin carrera con un saldo de 36-7, ERA de 1,14 y once blanqueadas; el año 1914 lideró en casi todas las categorías para un lanzador: victorias, juegos, juegos iniciados, entradas, ponches y blanqueadas, categoría en la que es líder de todos los tiempos (110); por otro lado, en 10 años consecutivos (1910-1919) logró, al menos, 25 victorias.
El escaso apoyo de su equipo se nota en las 27 derrotas sufridas por una carrera a cero.
Con todas las miradas encima de él, su equipo logró adjudicarse la corona frente a los New York Giants en siete juegos; asimismo, logró ser considerado el Jugador Más Valioso de la liga.
En 1925 nuevamente los Senators llegaron al clásico de otoño, pero no pudieron repetir el campeonato.