Este producto solo puede ser vendido bajo el nombre de Yema del Tajo si proviene de su pastelería natal, Las Campanas, habiendo sido patentada por este establecimiento desde 1929.
El nombre del dulce hace referencia al Tajo de Ronda.
Una vez fría la yema, se vierte en una gran cantidad de azúcar glas y se le da la forma al dulce.
Una vez acabado el proceso serán vendidas en cajas de dieciséis o treinta y dos unidades.
Posteriormente en el siglo XIX empezaron a ser más conocidas y han llegado hasta el día de hoy.