Z (película)

Menciona que esa tarde se va a celebrar una reunión de los opositores, liderados por el diputado y doctor en medicina «Z» (en la realidad, el político Grigoris Lambrakis), y que, si bien no van a prohibir la charla, tampoco harán nada por evitar una contramanifestación derechista.

En efecto, se encuentra con que la sala arrendada no está disponible; el dueño exige una autorización por escrito.

Otros locales se ven limitados por normas absurdas e inspecciones tras las cuales está la mano del Gobierno.

En el exterior del único local que han podido obtener, se concentran partidarios y opositores de Z junto a la Policía.

La película presenta de una forma ficticia los hechos que rodearon el asesinato del político demócrata griego Grigoris Lambrakis en 1963.

Con su visión satírica de la política griega, su oscuro sentido del humor y su escalofriante final, es un grito contra la dictadura militar que dominaba Grecia.

Jacques Perrin, quien también coprodujo la película, tiene un papel clave como el periodista gráfico que acelera la acción judicial con sus informaciones.

Aunque tienen la consideración de protagonistas por su reconocimiento internacional, Yves Montand e Irène Papas tienen pequeños papeles en la película.